Según Zambrano et al (2025), en el profesorado en servicio de Ecuador, 7 de 9 mitos superaron el 50% de adhesión: “el aprendizaje por descubrimiento es el mejor” (86,41%), “los niños son nativos digitales” (83,97%), “la pirámide del aprendizaje” (72,39%), “la motivación conduce al aprendizaje” (70,50%), “los estilos de aprendizaje” (69,59%), “aprendemos a resolver problemas solo resolviéndolos” (68,90%) y “la multitarea mejora el rendimiento” (50,39%).
El estudio explitó los factores que predicen la adhesión a estos mitos:
Un mayor interés del docente en la neurociencia aplicada a la educación, y un mayor conocimiento general del cerebro se asociaron con MENOR creencia en los mitos educativos.
Ni la formación en “neuroeducación” ni la importancia percibida de la neurociencia predijeron la creencia en estos mitos instruccionales en el estudio. La persistencia se relacionó, sobre todo, con menor interés en neurociencia aplicada y menor conocimiento general del cerebro.
Refutar con alternativas viables:
Usar secuencias de refutación explícita: en cada mito, presentar la afirmación, por qué “suena bien”, la evidencia que la desconfirma y, crucialmente, la práctica alternativa de alta evidencia que la reemplaza, para evitar el vacío pedagógico.
Ejemplos de reemplazo:
El descubrimiento como “mejor vía” (especialmente en novatos) por enseñanza explícita, modelado y ejemplos resueltos, con andamiaje y práctica guiada; reservar la indagación más abierta para alumnado con esquemas consolidados.
Nativos digitales/multitarea por enseñar y normar la focalización secuencial de tareas y el control de interrupciones; diseñar actividades que minimicen la carga extrínseca y el cambio de tarea, porque la multitarea no mejora el rendimiento.
Pirámide del aprendizaje por planificar en función de objetivos cognitivos y gestión de carga (p. ej., práctica de recuperación, espaciado), no en porcentajes espurios de retención.
Estilos de aprendizaje por diferenciar por conocimientos previos y nivel de pericia; usar evaluación formativa, variación de ejemplos y modalidades al servicio de la eficiencia cognitiva, no del “encaje” a etiquetas de estilo.
Fortalecer el “núcleo duro” de la ciencia del aprendizaje
Priorizar en el desarrollo y capacitación profesional docente los principios y estrategias con fuerte respaldo (p. ej., la enseñanza explícita, práctica de recuperación, espaciado/intercalado, ejemplos resueltos, trabajo guiado), articulados con fundamentos de carga cognitiva y dificultades deseables, para dotar al profesorado de criterios con los que identificar y desplazar mitos.
Integrar alfabetización crítica y materiales de calidad
Incluir textos de refutación específicos sobre estos mitos en los itinerarios formativos y crear repositorios fiables para el profesorado (síntesis revisadas por pares y guías prácticas) que reemplacen fuentes populares pero poco rigurosas.
Diagnóstico y seguimiento
Aplicar diagnósticos breves de creencias al inicio y de forma periódica (p. ej., cada trimestre) para monitorizar la adhesión a estos mitos y retroalimentar el desarrollo profesional, a la vez que se observan artefactos de aula (p. ej., planificaciones, rúbricas) para verificar la sustitución por prácticas basadas en evidencia.
Para reducir los mitos educativos hay que combinar conocimiento sustantivo sobre cómo se aprende con refutación explícita y sustitución por prácticas eficaces. Cuando el profesorado domina estos principios, se reduce la probabilidad de adherirse a creencias como “descubrimiento siempre es mejor”, “nativos digitales”, “multitarea”, "estilo de aprendizaje", o la “pirámide del aprendizaje”.